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Bueno, bueno. No he escrito en algún tiempo.

Es que he estado ocupadita.

Mi querida Universidad está aplicando sus procedimientos de tortura pre-grado. Me refiero a los exámenes complexivos y posteriormente, la tesis. Todo el proceso te deja con un sabor de abandono. Vas a clases por cuatro años, estudias, haces monografías, das pruebas, etc. Luego egresas y te dan una palmadita en la espalda y dicen: "Suerte con la tesis y los complexivos, eh?" en un tono extremadamente sarcástico. La verdad es que poca gente sale de la Católica a graduarse, porque resulta que aunque se tiene un límite de tiempo, es completamente tu responsabilidad el correr atrás de profesores, y demás para poder poner en marcha todo el proceso de graduarse. Te ponen por ahí una oferta de trabajo y mucha gente se despierta cinco años después (o más en algunos casos) y no tiene título todavía.

Creo que esto finalmente va a cambiar, lo cual me parece genial. ¿De qué le sirve al país tener un montón de egresados muy bueno pero sin título?

Bueno. Todas estas reflexiones vienen de que estoy estudiando para complexivos y estoy harta. Ya no quiero saber nada.

En otros temas de menos importancia y más trivialidad, se acercan elecciones en la Católica. Espero que este año todos se porten más decentes. No tengo intenciones de vincularme este año. Dos años ya fueron suficiente como para perder la fe en la política universitaria. Básicamente... mátense, que esta vez yo no me aparezco.

Se acerca la Semana de Ciencias Sociales. Lamentablemente no voy a poder ir a ninguna actividad ya que justo es la semana en la que doy mis exámenes. Bu. Ni siquiera pude ayudar con la organización ni nada. Pero, hasta donde me he enterado, va a estar muy buena y la farra va a estar demente. Así que pongan los ojos abiertos que ya mismo ponen los afiches y empiezan a dar los trípticos.

Prefiero no hablar de cuestiones de índole personal. Estoy mejor de lo que estaba hace un mes, pero todavía no estoy tan bien como quisiera. Aunque mi sentido del humor ha vuelto, y eso siempre es bueno.

Preparo viaje para desaparecer de aquí por un mes más o menos. Espero que realmente funcione y pueda hacerlo. Digamos que eso de estar todo el tiempo en este país ya me tiene medio harta, y estoy empezando a odiar un poco a Quito. Siempre hay que irse un rato porque así una puede darse cuenta de que está es su casa, aunque la ciudad se esté cayendo a pedazos, haga mucho frío y la gente se esté volviendo más loca a cada minuto.

En fin, debo seguir estudiando.

dani